Mis ámbitos de trabajo

 Trabajo con adultos y adolescentes (a partir de 12 años aproximadamente).

• Problemas del carácter y de las relaciones humanas.
• Conflictos de pareja o familiares.
• Depresión, tristeza, desánimo, infelicidad, soledad, situaciones de duelo.
• Sentimientos de inferioridad, timidez, inseguridad, autoestima baja.
• Angustia, crisis de angustia, ansiedad, nerviosismo, estrés.
• Obsesiones.
• Dificultades para encontrar pareja o para mantener una buena relación.
• Sexología.
• Complejos con la propia imagen.
• Trastornos psicosomáticos.
• Trastornos alimentarios.
• Dificultades de la adolescencia (estudios, relaciones con los padres o hermanos, etc. ).
• Asesoramiento para el cambio y la superación personal.

Trabajo con una orientación integradora



Combino conocimientos de diferentes orientaciones que me aportan visiones complementarias sobre el comportamiento de las personas y sobre el tratamiento de los problemas y los trastornos psicológicos.

De entre las diferentes orientaciones, he escogido preferentemente las que creo que explican mejor los factores que forman la personalidad: la psicología dinámica y la psicología cognitiva.

La psicología dinámica hace énfasis en el autoconocimiento a través de la introspección (la observación y el análisis de uno mismo), nos ayuda a descubrir conflictos emocionales inconscientes no resueltos (celos, miedo, envidia, deseos prohibidos, culpabilidad) y explica la relación entre las experiencias vitales de la primera infancia y la estructura de la personalidad.

En esta orientación, una parte fundamental del aprendizaje es haber estado previamente en el lugar del cliente durante unos años por haber aprendido sobre uno mismo; lo que yo he hecho.

La psicología cognitiva explica que nuestra percepción (y distorsión) de la realidad está basada en los conocimientos que hemos incorporado a lo largo de nuestra experiencia vital; por lo tanto, cuanto más conciencia tomemos de nuestro sistema de creencias más entenderemos porque nos comportamos como lo hacemos y más fácil nos será relativizar las creencias para cambiar el comportamiento. Parte de la premisa de que los pensamientos están en la base de los sentimientos y facilita el diálogo abierto sobre la racionalidad o irracionalidad de nuestros pensamientos.

Terapia personalizada

No hago una única forma de terapia, sino que cada terapia, como cada persona, es única. Adapto los conocimientos y mi manera de trabajar en la problemática que plantea cada persona; a su edad, a las circunstancias personales, el nivel cultural y al estilo personal.

A través de una escucha cuidadosa, procuro hacerme una idea lo más completa posible de cuál es la situación que vive la persona, la pareja o la familia que me plantea la consulta y qué factores pueden haber concurrido para que se sienta mal o, en su caso, para que sufra algún tipo de trastorno psicológico.

Lo más habitual es consultar cuando el sufrimiento ya hace tiempo que dura y, a veces, cuando la situación se ha complicado bastante a todos niveles. Por eso la tristeza es el estado de ánimo más habitual durante las primeras visitas.

A veces, además, la ansiedad es tan elevada que la persona que consulta tiene dificultades para pensar con claridad. Aquí es muy importante la función de recoger ordenadamente lo dicho y aportar elementos para la reflexión; de manera que en cada visita se aprendan cosas sobre uno/a mismo/a o sobre las otras personas con las que se tiene relación.

Si a la persona que atiendo le gusta leer y creo que hay un libro o artículo que la puede ayudar, no dudo en recomendarle, para que pueda aprovechar el tiempo entre sesión y sesión.

También informo a mis clientes sobre todos los recursos externos que creo les pueden ser útiles (recursos educativos, sanitarios, legales, de ocio, etc.), porque cuanta más información tienen, más amplían sus posibilidades de decisión y de actuación.

Duración de la terapia

Hay terapias cortas, terapias breves y terapias largas; el número de visitas varía en función de la naturaleza del problema planteado y los objetivos de cada cliente/a: no es lo mismo consultar sobre una toma de decisión, que sufrir ataques de angustia; ni es lo mismo una terapia de pareja en una situación de crisis, que una terapia individual en que se quieren cambiar aspectos de la personalidad que se remontan a la infancia.

Los motivos de consulta son infinitos y es imposible enumerarlos aquí.



Básicamente, la terapia es un espacio, un tiempo y un dinero que las personas invierten en sí mismas para aprender de la experiencia personal y buscar una mejor calidad de vida; con la ventaja de que los efectos son duraderos en el tiempo y que lo que se aprende sirve para afrontar con más éxito otras situaciones en el futuro.

Precio de las sesiones

Primera visita: 60 €

Sesiones de terapia de pareja: 60 €

Sesiones de terapia familiar: 60 €

Sesiones de terapia individual: 60 €

Sesiones on line: 65 €

Cada sesión tiene una duración aproximada de 55 minutos.

Pago en efectivo, con Bizum o con transferencia bancaria.